Iraultza fue rescatada en Brunete, Madrid después del aviso de la policía local. Una cabra vagaba desorientada por la ciudad a riesgo de ser atropellada. Iraultza estaba muy asustada y se chocaba con los muros y vehículos aparcados. Allí nos dimos cuenta que Iraultza estaba ciega, por este motivo debió de perder a su rebaño y en mitad de la ciudad no sabía cómo salir de esa situación que tanto miedo le provocaba.
Iraultza estaba embarazada cuando la rescatamos. Su pastor, tras hablar con él y dado que Iraultza no podía ver, decidió cederla al Santuario. A las pocas semanas de su llegada dio a luz a Rosita, una preciosa cabra negra.
Iraultza lo ha pasado muy mal en su vida, tiene pánico de los humanos y no lo ha perdido. Ahora es inseparable de su hija quien es sus ojos. Rosita siempre guía a su madre en el pasto y ella se siente segura junto a su hija. Una preciosa historia de amor de dos cabras que se adoran.
DESCANSA EN PAZ IRAULTZA ???? (1.03.2024)
La cabra más linda del mundo, más vulnerable y que más ternura despertaba en sus cuidadores.
El viernes 1 de marzo de 2024, al empezar el día, encontramos a Iraultza tumbada sobre la hierba. Ya no respiraba y su cuerpo reposaba en paz. Estaba sola, pero en ese lugar es donde se reunían todas a
rumiar y descansar.
Iraultza amaba a su familia tanto que no pudimos separarla para que estuviese mejor atendida. Ella se dejaba morir si su familia no se encontraba cerca. No comía y no luchaba porque no quería quedarse sola.
Iraultza era ciega y tenía CAE, la enfermedad degenerativa que también sufría Violeta. La rescatamos en 2016 en Brunete porque era de un pastor de la zona y se le perdía a menudo. Ella corría
desorientada por las calles de Brunete y la policía nos avisó y conseguimos rescatarla. El pastor la cedió y empezó aquí su nueva vida.
Cuando llegó estuvo aislada porque en las pruebas vimos que estaba embarazada. Y el día 7 de Enero de 2017, mientras bajaban del camión las vacas Ivana y Haryana, ella se ponía de parto. Grabamos ese momento y fue maravilloso. Se le veía tan feliz junto a su pequeña Rosita.
Cuando creció un poco su bebé la juntamos con un grupo más joven de cabras y empezó a crear fuertes vínculos. Su hija siempre estuvo con ella.
Ella vivía con Pippin, Matteo, Lluvia, Rosita, Abril, Ying y Yang… y se sentía una cabra feliz. Era la última, era la más vulnerable y las cabras, aunque son gentiles en general, tienen jerarquías fuertes que hace que la vida de cabras como ella sea un poco más difícil.
Por ese motivo intentamos separarla muchas veces, pero ella nunca lo aceptaba. Solo quería ser una cabra más, aunque tuviese que esperar para beber y comer. No le importaba. Era ciega y su mundo estaba lleno de amor, y ese amor provenía de los seres a los que ella amaba. Era feliz sintiéndose lo suficientemente cerca, aunque a veces durmiese alejada para estar más tranquila.
Porque la vejez no fue amable con ella. Su enfermedad hizo que poco a poco adelgazase y perdiese mucha fuerza y vitalidad. Y sus articulaciones se iban degenerando tanto que a veces le costaba
caminar. Había temporadas que comía menos, pero cuando llegabas con los tacos especiales para ella, en ese momento se sentía el ser más dichosos de la Tierra.
Era muy tranquila y un poco desconfiada. Tenía la cara más tierna que puedas imaginar y sus ojos eran la expresión más pura de inocencia.
Las últimas semana había empeorado pero sus cuidadores hacían todo lo posible por ella. Le llevaban lechugas variadas, hierba, fruta… lo que fuese necesario. Nadie que la hubiese conocido
quedaba indiferente ante ese halo especial que le rodeaba.
Esta semana empezó a mejorar y teníamos esperanza de que conociese el nuevo terreno. Solo deseábamos que ella, justo ella, pudiese llegar allí.
Pero esta noche, en vez de dormir donde siempre dormía, ha utilizado las últimas fuerzas que le quedaban para ir con el grupo, tumbarse cerca de ellas pero lo justo para no molestar, y encontrar
allí el descanso eterno. Rodeada del amor que ella veía en el mundo, que era su familia, su hija y sus amigas de los últimos 8 años.
Nukha, uno de sus cuidadores, fue quien la encontró. Y la sacó fuera, la tapó con una sábana hasta que llegase el servicio de recogida de cadáveres. Y sin decirle nada a nadie, le improvisó un
ramo de flores, esas que ella tanto amaba comer.
Iraultza, no tenías que morir aún pero no elegimos cuando pasa. Nuestro trabajo, nuestra misión no es evitar algo que no está en nuestras manos. El mundo no os ve como os vemos nosotros, y luchamos por cambiarlo. No podemos evitar vuestra muerte y nunca es el momento para nosotros, porque querríamos que os quedaseis en el Santuario mil años más.
Nuestra única manera de rebelarnos contra este mundo tan brutal es a través de un pequeño mundo al que llamamos Santuario, y en el que intentamos cuidaros hasta que os llegue el momento. Es lo único que podemos hacer, y es lo mejor que sabemos hacer. Esperamos haber cumplido contigo.
Viaja a ese lugar eterno y mira los maravillosos colores que nunca pudiste ver. Encontrarás a viejas amigas esperándote. Y espéranos tú también.
Siempre tuyos, cada persona que te conoció y te amó ✨????✨