Carmen es una vaca de raza frisona.
Fue rescatada cuando la Asociación Anadel nos dio el aviso de que en una finca de Guadalajara habían abandonado varios caballos y una vaca. Los caballos ya tenían refugio pero Carmen no.
Cuando fuimos a su rescate nos encontramos en una finca millonaria de cientos de hectáreas. Carmen desesperada, buscando refugio vino junto a nosotros y subió por ella misma al transporte.
En la finca había una plaza de toros y a Carmen la explotaban para hacerla tener tenernos y quitarse su leche.
Carmen es una superviviente, ya que se salvó dos veces, el día de su rescate y cuando la comunidad de Madrid en enero de 2017 nos obligaba a enviarla al matadero tras haber dado positivo en un test de Tuberculosis. Gracias a una campaña en la que miles de personas pidieron que no se aplicará sobre Carmen las mismas leyes que para animales de consumo Carmen salvó su vida.
Gracias a ella todos los animales de Santuario Vegan pasaron a considerarse legalmente animales de compañía y el santuario un centro de rescate de animales de granja.
Carmen tendrá la vida que corresponde, una vida sin explotación, recibiendo los cuidados, el cariño y la atención veterinaria que merece.
Carmen es mayor, no sabemos la edad exacta pero es posible que tenga cerca de los 20 años y necesita tranquilidad, una dieta especial pues ha perdido la mayoría de sus dientes y cuidados adecuados a su edad.
Descansa en Paz, Carmen ????
El 25 de abril de 2020 moría Carmen, la vaca más querida del Santuario Vegan.
Laura y ella tenían una relación muy especial y le ha dedicado esta despedida:
Desde días antes no se podía levantar y permanecimos junto a ella, intentándolo todo, pero ya no se podía hacer nada por ella.
Carmen era muy mayor, aunque no sabemos su edad exacta porque la rescatamos abandonada y sin ningún tipo de identificación, después de que una finca de millonarios decidiese cerrar y abandonar a los animales que allí se encontraban a su suerte en Guadalajara.
Un par de días antes, después del tratamiento con calcio, los antinflamatorios y electrolitos Carmen mejoró, pero no lo suficiente como para levantarse por ella misma. Así que bajo el asesoramiento de sus veterinarios la levantábamos varias veces y la acompañábamos durante varias horas para que anduviese y no se cayera. Sin embargo su salud se fue resintiendo y su apetito era cada vez menor. El día antes dejó de rumiar y apenas quería comer. Aún así se levantaba y si le dabas manzanas o hierba las comía, pero sólo si Laura se lo daba de la mano. El día antes, al mediodía, se había tumbado de esa forma en la que sabes que te está diciendo que ya no puede más.
El adiós de Carmen ha sido una de las partidas más bonitas y pacíficas que hemos conocido, quizás porque sabía que ese momento se acercaba y lo tomó con la mayor naturalidad de quien lo hace acompañado de su familia y en su hogar, el Santuario Vegan, y junto a las personas a las que quería.
Carmen ha muerto en su casa, junto a su familia y con toda la dignidad que merece cada persona no humana que atraviesa la puerta de un santuario. Tratada como un igual. Tres años y tres meses después de que la Comunidad de Madrid nos obligase a llevarla al matadero por dar positivo en una prueba de tuberculosis. Pero no lo hicimos. Luchamos por su vida y sus derechos. Ha muerto lejos de un matadero y de un matarife, y de una cadena de matanza. Lejos del cuchillo al cuello. Ha tenido la inmensa fortuna de morir por problemas derivados de la edad que nada tenían nada que ver con la tuberculosis.
Es una partida triste, pero con un bonito final ¿Cuántas vacas pueden permitirse algo tan natural como morir de ancianas junto a los suyos? A veces lo natural, lo que debería de ser, se transforma en un mundo totalmente egoísta que trata a los animales como objetos y cuyas leyes están construidas sobre un mundo tremendamente especista.
Gracias a las 70000 personas que, en su día, en sólo 24 horas, firmasteis la petición para salvar a Carmen. Gracias a todas las personas que accedisteis y fuisteis parte de quienes entienden que los animales de un Santuario no son comida, y que enviarles al matadero es una injusticia absurda y una aberración. Estaréis siempre en nuestros pensamientos y seguro que en los de Carmen, que se fue agradecida después de haber tenido la oportunidad de tener a alguien que la cuidase desde el corazón y el respeto.
Su imagen nos acompañará siempre en nuestro logo por todo lo que ha significado para Santuario Vegan.
Siempre tuya mi vida, siempre. Aquí o allí donde estés, te debemos demasiado.
Descansa en paz Carmen.