Rob nació en una granja de cabras de Cáceres. Su madre era explotada como cabra lechera, esto quiere decir que las obligan a preñarse vez tras vez y cuando sus cabritos tienen tres días son retirados para criarlos con leche artificial y enviarlos al matadero y las madres son obligadas a ordeñarse una o dos veces al día para destinar esa leche a consumo humano.
Seguramente por la administración de algún medicamento no indicado en el embarazo de las cabras Rob nació con una malformación. Tiene una ausencia total del hueso del radio debido a una enfermedad que se llama hemimelia radial. Nada más nacer no podía incorporarse y por lo tanto no podía mamar. Hubiera muerto de inanición que la sobrina del ganadero decidió sacarle de allí y buscar un lugar donde cuidarán de Rob. Rob llegó a Santuario Vegan cuando tenía tres días de vida, como no le ayudaron a incorporarse no tenía nada de musculatura y no podía levantarse. Decidimos comprarle un carrito de ruedas y la primera vez que se subió no podía dejar de correr y jugar muy contento. Nunca había experimentado poder correr.
Rob ha crecido junto a su problema, ahora no quiere estar en el carrito y los cirujanos veterinarios desaconsejaron la cirugía debido a la completa ausencia del radio y lo rotadas que tiene sus manos. Vive junto a otras ovejas y cabras con necesidades especiales. Es muy cariñoso y le encanta comer y estar en brazos.
DESCANSA EN PAZ, ROB ???? (Noviembre 2018 – 12.03.2024)
El lunes 12 de febrero de 2024 moría Rob a las 3 de la madrugada. Rober, uno de sus cuidadores, iba a revisar que estuviese bien porque había estado todo el día en enfermería, y cuando llegó acababa de morir. En la mañana anterior lo encontramos hipotérmico y en shock, y Sil, nuestra veterinaria, estuvo subiendo su temperatura con calor, y le puso un tratamiento y suero. Durante el día remontó y comió. A las 00:00 le dejaban calentito para volver a las 3. Pero se durmió y ya no despertó.
Rob era una ser muy especial. Nació con sus dos manitas deformadas por la hemimelia radial y por eso vino al Santuario en 2018. Era muy pequeño y despertaba una inmensa ternura. Intentamos que aprendiese a usar la silla de ruedas, pero cuando el problema está en la parte delantera es muy difícil que lo consigan. Así que acabó haciendo vida a su manera. Caminando como un cangurito o usando sus “codos” a forma de apoyo. Y de verdad que fue muy feliz durante muchos años. La gente que nos seguís desde esa época seguro que os enamorasteis de él y le visteis crecer. Era puro amor, pero el tiempo pasa y ya nos dio varios sustos, aunque eran en verano. Sus piernas le empezaban a fallar y cada vez se movía menos. Y es que e l tiempo es más duro con los más vulnerables, y a pesar de nuestros esfuerzos aún no hemos conseguido evitar que les afecte más que al resto. Sus casi 6 años de vida han sido años increíbles y complicados, pero se ha sentido amado y cuidado.
Rob, llegaste sin avisar y así te has ido. Eras bondad y amor y dejas un enorme vacío. Allí dónde estás ahora no necesitarás una silla ni ayuda para caminar. Llena de amor ese lugar y espéranos allí con todos los que partieron antes que tú ????????