Marino es uno de los primeros cerdos que rescatamos en 2012.
Es uno de los cerdos más ancianos del refugio ya que creemos que cuando llegó hasta aquí ya tenía cinco años. Ahora con la edad ve muy poco y ha perdido oído y vivía junto con Ricki y Baku, dos cerdos paralíticos en un parque adaptado a sus necesidades.
Marino llegó hasta aquí tras una historia terrible. Vivía al lado de las vías de un tren en Zaragoza y los cazadores iban regularmente a intentar darle caza, algo legal en nuestro país. Cuando llegó lo primero que hizo Marino fue enterrarse en una enorme cama de paja. Nunca había podido disfrutar de una cama, o de la fruta y verdura o las caricias.
Ahora es un abuelito y le gusta la vida tranquila y pasa la mayor parte del tiempo, como muchos abuelitos durmiendo.