Mery vivía con una familia que la quería mucho. La habían rescatado de un rebaño y evitado su sacrificio sin embargo Mery necesitaba un hogar más adaptado para ella. Los perros de la familia no querían jugar con ella y ella los topaba y podía ser peligroso para ambos.
Enseguida se adaptó a la vida de Santuario Vegan porque estaba acostumbrada al cariño y a la convivencia, y a poder convivir junto a otras cabras. Mery es una cabra muy juguetona, cariñosa y un poco mandona con las demás.