Este patito tan simpático es Kiwi. Le rescatamos siendo un bebé pato que necesitaba un hogar e iba a ser el hermano pequeño de Luisito.
Kiwi, como tantos otros patitos, fue un “regalo” para alguien. Por suerte era una persona adulta y responsable y su pareja decidió buscarle un lugar donde tuviese una oportunidad.
Kiwi es mucho más nervioso e intrépido que Luisito, le encanta perseguirte y mordisquearte cariñosamente los tobillos para que le hagas caso.
Kiwi estaba deseando tener una familia, convivir con su hermano mayor, que será su referente, que le da seguridad y cariño y que le ha enseñado todo lo que ha aprendido desde que llegó a Santuario Vegan.
Seguramente Kiwi, al igual que Luisito, tampoco conoció a su mamá.
Kiwi crece feliz y fuerte, en el mejor entorno del mundo para él, que es en un entorno seguro, con su familia y colmado de cariño.