Fermín era el semental de un rebaño de cabras en Arenas de San Pedro, Ávila. Cuando cumplió nueve años le cambiaron por otro más joven e iban a mandarle al matadero pero una vecina nos pidió traerle a Santuario Vegan. Su explotador antes de traerle y sin preguntarnos le castró con el método habitual en rebaños que consiste en poner una goma que estrangula los testículos hasta que estos se necrosan y caen. Esto es un proceso muy doloroso y Fermín podía haber muerto de una infección.
Fermín es una cabra muy expresiva y dependiente de la compañía humana. Desde que llegó y se escapó de su cuarentena para poder estar cerca de sus cuidadores vive en una parte tranquila y cercana a los cuidadores junto a Angie, una cabra amputada. Ha perdido todos sus dientes por la edad y es muy anciano pero la comida le sigue entusiasmando. Él lleva una vida tranquila de cabra anciana donde su tiempo se ocupa recibiendo algunas de las comidas que más le gustan y dormitando al sol.
Fermín puede vivir la vejez que merece.