Vanessa debía vivir en una granja cerca de Cuenca. No sabemos qué ocurrió aquel 11 de enero de 2018 ni como llegó a esa calle donde unas personas la encontraron vagando sola, gritando de dolor, con la oreja desgarrada y con el vientre muy hinchado. Le hicieron las primeras curas y se pusieron en contacto con nosotros. Sabiendo que su vida corría peligro, aceptamos, sin dudarlo, que viniera a Fundación Santuario Vegan.
Tuvieron que amputar su oreja y tenía, además, una hernia muy grande por rotura de la pared abdominal y hubo que operarla de urgencia. Estando en el hospital, sufrió un edema pulmonar.
Una vez recuperada llegó al refugio y el 16 de mayo de 2018, Vanessa nos dio una sorpresa que no esperábamos: el nacimiento de su hija Milagros. No sólo estaba embarazada antes de venir a Santuario Vegan, sino que su hija aguantó junto a su madre el estrés, las pruebas y la cirugía a abdomen abierto de más de dos horas, en la que necesitó una malla para poder cerrar.
Tras todo el sufrimiento que pasó Vanessa en su vida anterior, Milagros llegó para colmar de felicidad a su fantástica madre. Desde ese momento siempre han estado juntas, disfrutando de la bella relación que las unía, pero ahora Vanessa ya está bastante mayor y lleva una alimentación más acorde con su edad y se trasladó hace poco al recinto de las ovejas mayores, al geriátrico de ovejitas, donde vive muy feliz y tranquila, rodeada de sus mejores amigas. Quizás eche un poco de menos a su hija Milagros pero Vanessa está llena de paz y su estado ha mejorado mucho desde que lleva más supervisión en el geriátrico.