

Imagen anterior
Imagen siguiente
Carlota es una de las cerdas más inteligentes del santuario. Ella siempre es la primera en despertarse por la mañana y venir a buscarnos para que le demos su desayuno. Además si nos retrasamos nos empuja porque se impacienta.
A las cerdas como Carlota las encierran en jaulas para que paran crías cada seis meses y así llevar a sus hijos al matadero. En estas jaulas apenas pueden moverse o darse la vuelta, lo que hace que permanentemente estén frustradas y doloridas.
Carlota aún es una niña y seguirá siéndolo hasta los dos años. Por eso hace cosas de niña. Le gusta jugar con Sakura o Anita, bañarse en la charca o hacer renegar a otros cerdos más mayores para luego salir corriendo. No para quieta y es un torbellino (por detrás de Sakura, claro). Las cerdas como Carlota deberían siempre disfrutar de sus vidas, ¿no creéis que es mucho mejor verlas así que metidas en una jaula ?