
Hoy hemos terminado de vacunar caballos.
Avellano, uno de los abuelos y que en peores condiciones vino, ha sido el último.
Como siempre, se ha portado súper bien.
Cada semana tenemos que hacer muchos cuidados a los habitantes, tanto rutinarios como de medicaciones, tratamientos o urgencias.
Porque un Santuario no deja de ser un lugar donde animales rescatados pasan su vida en paz, y algunos llegan tan mal que su rescate conlleva un compromiso diario de por vida.