Bellota es para comérselo… a besos.
Un cachorro es un cachorro, sea de la especie que sea. Y todos quieren lo mismo: mordisquear porque les salen los dientes, jugar y subirse encima, y dejarse querer y que les hagas mucho, mucho caso.
Y así, tal cual, es Bellota.
Bellota perdió a su madre y hermanos quizás la primera vez que su madre les tuvo que mover porque sintió un amenaza. Y al ser ciego no les pudo seguirles, probablemente desorientado por su ceguera.
Bellota merece ser feliz y vamos a hacer lo necesario para que lo consiga. Este pequeño no hubiera sobrevivido ni una noche solo. Y ahora, en cambio, disfruta de una maravillosa segunda oportunidad sintiéndose querido e importante para su nueva familia.
Cada rescate, cada oportunidad que le damos a alguien como él hace que nuestros gastos se incrementen y nuestra carga de trabajo aumente. Y a cambio él, y cada uno de los más de 300 animales que hemos rescatado, tienen una segunda oportunidad para ser felices y tener una vida digna.
Por favor, ayúdanos