Hoy me despedía de mi hija. A la que vi nacer enferma en la calle, a la que rescaté y hemos compartido doce años juntas.
Te quiero hija mía.
Te quiero Tula.
Es difícil ver partir a un hijo o una hija, y para nosotros estos animales que llegaron sin nada, enfermos lo son todo en nuestras vidas. Tula se ha ido en los brazos de su mamá, escuchando una y mil veces que la querían. Hasta hoy ha sido feliz, ha tenido calidad de vida y no ha sufrido pero su futuro ya era muy duro. Han podido ver que su tumor avanzaba pese a la quimioterapia, que hoy tenía más líquido que la semana pasada y su corazón estaba comprometido. Entre lágrimas hemos ido a la clínica a acompañarla. Y se ha dormido tranquila.
Tula era una gata que hace doce años nació en la calle. Enferma, con los ojos llenos de legañas y la nariz de mocos estaba destinada a morir como lo hacen millones de gatos, como lo hacen millones de bebés de gatos sin que a mucha gente importe.
Tula ha sido la magia, la luz, y la compañera durante doce años. Descansa en Paz Tula.
Tu familia y tu hermano Balú, quien tanto te cuido y tantos besos te daba estos últimos días no te olvidamos.
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La fundación Santuario Vegan es un centro de rescate y recuperación de animales considerados de granja, víctimas de la explotación ganadera, abandono o maltrato.
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