Ricki se crió en una granja de cerdos. Debido a las condiciones del suelo, que son de rejilla para que la suciedad caiga debajo de la madre y los cerditos Ricki se hirió grave mente en una pierna.
Cuando Ricki se lesionó le dejaron apartado en una caja junto a otros cerditos que como él eran desechos para sacrificar. Una veterinaria en practicas insistió en llevarse a los cerditos y la respuesta del ganadero fue la risa y decirle que si o si estaban muertos todos. No sobrevivirían. Además de que Ricki estaba enfermo era increíblemente pequeño, solo tenía siete días. Ricki fue criado en la casa del santuario junto a Laura y el resto de perros y gatos. Todas las noches Ricki dormía junto a su peluche.
Hoy, ocho años después, a causa de su pierna herida en la granja Ricki se ha quedado paralitico. Pero a él no le importa porque tiene una gran calidad de vida, mantiene su pasión por su comida, las rascadas de barriga, poderse tumbar al sol en las mañanas y tardes de otoño en octubre. Y que le tapen por la noche y le deseen feliz sueño.
Ricki está experimentando, incluso con limitaciones, una vida mucho más plena y larga, de la que nunca hubiera tenido en una granja donde los animales son tratados como productos.
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La fundación Santuario Vegan es un centro de rescate y recuperación de animales considerados de granja, víctimas de la explotación ganadera, abandono o maltrato.
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