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El antes y el después de Fresno.
Rescatamos a Fresno, un caballo de 30 años, hace casi un año. Cuando llegamos al lugar, tras un decomiso, encontramos a un caballo tan delgado que parecía mentira. Tenía la espalda tan curvada y destrozada que no lo podíamos creer. Y estaba completamente ausente, sin moverse, incluso estando sin atar y en una nave en la que hacía más de 40 grados en su interior.
Tardamos mucho tiempo, necesitamos muchísimo trabajo y cuidados, y buena alimentación, hasta que Fresno cambió su mirada, ganó peso y confianza, y empezó a encontrarse mejor y ser él mismo. Y hoy, casi un años después, es feliz y está sano y tiene una familia que le ama y cuida.