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Hoy ha venido de nuevo el herrador para arreglar los cascos de Sabanero. ¡Y se ha portado taaaan bien!
Sabanero estuvo en un lugar terrible durante muchos años. Allí estaba en el más absoluto abandono, y desarrolló un problema muy grave de rotación de sus manos hacia fuera. Y los cascos le crecieron sin parar y cada vez caminaba menos y los gastaba menos. Al final le sobresalían hacia los lados como si fuesen aletas de buzo, y le provocaron una terrible artrosis.
Sabanero tiene 25 años y ahora mismo está viviendo el momento más dulce y bonito de su vida. Tiene una familia de burritas y yeguas, todas ancianas, que le tratan con mucho cariño. Sabanero está en tratamiento para controlar su dolor, que es crónico. Y mientras tenga compañeras como Rita o Hipatía, que le dan esas ganas inmensas de moverse, de andar y de vivir, él se sentirá feliz y tendrá una calidad de vida por la que valga la pena luchar.