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Yeti y Natas van a estar siempre enamorados.
Este mediodía le hemos quitado un vendaje a Natas en el casco en el que tenía una masa extraña.
Y mientras se lo hacíamos Yeti, que siempre la cuida, se acercaba a ella tan cariñoso como es siempre con ella para que se sintiese confiada. Cuando hemos terminado (ha sido menos de un minuto) se hacían los cariñitos que podéis ver en las fotos mientras Oscar le quitaba a Natas la cabezada.
Yeti y Natas eran explotados en la misma yeguada. Ella como madre y él como semental. Nunca pudieron estar juntos porque a él le tenían solo y en un pequeño recinto. La yeguada quebró y vendieron a todos los caballos. Pero Natas tenía 22 años (ahora ya 26) y nunca le enseñaron a ser montada. Y Yeti tenía 14 (ahora 18) y las manos rotadas y artrosis. Nadie les quería “ni regalados”. Al final los iban a sacrificar y la veterinaria, que no quería hacerlo, nos contactó para salvarles.
Desde que se juntaron, que fue un proceso que hicimos con mucho cuidado, no se han vuelto a separar. Pero literalmente. Están tan enamorados que se pasan el día pegados y haciéndose gestos de cariño.