Parece que la transfusión le dio un poco de energía para seguir. Estamos muy pendientes de ella, de la pequeña Rigoberta. Una bebé de dos meses que abandonaron porque no comía, y resulta que tenía varios tornillos clavados en su sistema digestivo, los cuales la estaban matando. Pero como era una gallina siquiera la llevaron al veterinario para ver qué le pasaba.
Ahora mismo lucha por su vida, y aunque intentaron operarla para sacarlos y no pudieron porque su cuerpo estaba tan débil que entraba en apnea en la anestesia, están ayudando a que coja fuerzas para intentarlo de nuevo.
Por favor, aguanta pequeña. Te espera un mundo maravilloso y en sólo un día muchísimas gente te va a amar.