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Pancho lleva todo el verano con problemas de movilidad y hemos tenido que estar muy, pero que muy, pendientes de él y de Baku.
El gran riesgo para los cerdos en verano, cuando tienen esas dificultades, es que les puede dar un golpe de calor. Son muy sensibles a los golpes de calor y no tienen apenas capacidad de combatirlo sin charcas donde refrescarse.
Por suerte el calor ya se está yendo y Pancho ha estado atendido y refrescado en todo momento. Es por eso que tiene esa carita de felicidad. Pancho lleva dos años en Fundación Santuario Vegan y pudimos rescatarle de una muerte segura.