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No creemos que exista alguien a quien le gusten más las caricias y los besos que a Ivana.
Es difícil pasar por la zona de Ivana y no sucumbir a llenarla de besos y abrazos cuando la ves tumbada. Y es que Ivana es y será siempre cariñosa y confiada a pesar de su terrible pasado. Porque hay seres especiales tan llenos de inocencia que ni el abuso ni el maltrato pueden cambiar sus ganas de dar y recibir amor.
Ivana estuvo viviendo 6 años en un lugar oscuro, sucio, sin ver el sol ni salir y atada a una cadena de un metro de largo. Con lo cariñosa que es, en ese tiempo no pudo siquiera acercarse a su hermana Haryana, que era su única compañía. Cuando salieron para venir aquí tuvieron que taparles los ojos con telas para que no se cegasen. Y apenas sabían ya caminar. Pero aquí aprendieron a correr y saltar de nuevo, aunque ya casi ancianas. Y a confiar.
Ivana tiene 19 años y lleva 4 años en Fundación Santuario Vegan. Y es feliz. Inmensamente feliz.