Para quienes nos preguntáis por Sakura, aquí tenéis a la “pequeña” no tan pequeña.
Sakura crece al ritmo de cerdo “de granja”, así que en poco más de un año, quizás dos, llegará a pesar 300 kilos.
Nuestro trabajo no sólo consiste en hacer que viva feliz, sino también hacer que lleguen a desarrollar esos cuerpos enormes que la industria les provoca, sin que sus articulaciones y espalda queden demasiado comprometidas. Y por ahora está yendo muy bien.
Por cierto ¿habéis visto que bien le sienta el pelito de invierno?