Bebé gorrión comiendo su papilla con mucho apetito.
Se llama Trigo y es un pollito que apareció con una fractura. Le estamos cuidando, tratando, alimentando y manteniendo calentito para que se recupere. Él es el segundo pollito de gorrión que nos hemos encontrado estos días.
Todos los animales salvajes, como no puede ser de otro modo, vienen al mundo siendo bebés. Y la inmensa mayoría de ellos morirá al poco de nacer sin tener ninguna posibilidad de sobrevivir. Por eso las “tasas de mortalidad” de los animales salvajes son tan extremas (del 80% para arriba).
Al estar en el medio rural, convivimos con ellos de manera muy estrecha. Y en la medida de nuestras posibilidades, ayudamos a los que encontramos a superar esa fase crítica y tener una segunda oportunidad. Este bebé de gorrión nunca iba a poder volar, pero con un poco de ayuda y responsabilidad, va a tener esa posibilidad.
En Fundación Santuario Vegan ayudamos a muchos animales salvajes, aunque hablemos poco de ello. Hay muchas aves, conejos, incluso abejas y otros insectos… Construir un mundo mejor para los animales incluye pequeños gestos que, en realidad, son enormes para el animal que se beneficia de ellos.