
Cuando Algarrobito se acerca mirándote así para que le des cariño te sientes afortunado de que confíe en ti.
Él llevó una vida miserable durante muchísimo tiempo, y verle confiar en sus cuidadoras, aunque sea a su manera, es de esas cosas que te devuelven la fe en que el mundo puede cambiar.
Algarrobito tiene 31 años y vino con Fresno. No sabemos muy bien la vida que llevó, pero preferimos no saberlo. Y es tan pequeñito que a veces se te olvida que es un caballo, lo cual hace súper entrañable relacionarse con él. Hemos tenido que cambiar muchas vallas porque estaban hechas a prueba de caballos hasta que conocimos a Algarrobito. ¡Y con todo eso cada día le queremos más y más!