La majestuosidad de Fresno es de lo más maravilloso que se puede ver. El día que fuimos a su rescate no podíamos creer cómo alguien podía haberle hecho algo así a un ser tan inocente. Y 2 años y medio después es tan inmensamente feliz… 

Y es que a veces en el Santuario, en el duro trabajo del cuidado diario de los animales, pierdes la perspectiva de su historia, de donde y cómo vinieron y de lo afortunados que fueron al ser rescatados.
Fresno moría poco a poco. Sus 30 años de explotación importaron poco a sus explotadores. El daño que le provocaron en la espalda no le hicieron ganar un poco de misericordia de quienes le obligaron a cargar todo ese peso que le destrozó.
Su inmensa fortuna fue que la Guardia Civil lo encontró de casualidad junto a otros animales y eso hizo posible que se salvase.
Ahora es inmensamente feliz y parece otro. Ya ha pasado año y medio, así que Fresno tiene 32 años. Y disfruta junto a otros animales rescatados de esta segunda oportunidad.
Amadrina a Fresno y ayúdanos a cuidar de él 
