Las gallinas son unas madres increíbles. Y los pollitos aman a su madre de una forma indescriptible.
Imagina lo que debe sentir un pollito recién nacido cuando lo dejan en la cinta que le lleva a la trituradora y pía pensando que una madre tan amorosa como ella le estará esperando para hacerle feliz.
Por eso nos hace tan felices poder recatar a una madre con sus bebés.
Aparecieron en una fábrica abandonada en Valdemoro en la que iban a morir con total seguridad. Por suerte Libertad estuvo haciéndose cargo de ellos mientras les buscaba un hogar y Aiba Madrid los cogió. Y ahora son felices en Fundación Santuario Vegan.