


Imagen anterior
Imagen siguiente
El otro día Edu estuvo con la máquina haciendo una de las charcas de los cerdos más grande. Y al ver cómo disfrutaban los patos y ocas bañándose en ella (más que los cerdos, incluso) pensó que sería perfecta para Libertad.
Desde entonces todos los días, en el descanso para comer, la lleva a que se dé un buen baño y ella disfruta muchísimo. De hecho cuando se acerca la hora Libertad ya le llama porque reconoce sus pisadas. Y este acaba siendo el mejor momento del día para ella… bueno, para los dos!
Rescatamos a Libertad de una granja con la pierna rota y rotada hacia arriba y sobre sí misma. Solo tenía dos meses de vida y no había conocido más que un horrible sufrimiento. Estuvo meses de tratamiento y luego la operamos. Aún así no recuperó la movilidad pero dejó de dolerle. Ella depende de sus cuidadores para todo. Y en el refugio intentamos que eso no sea un impedimento para su felicidad y dignidad.
Y sí, Libertad es feliz a pesar de todo.