Tomasa está terminal e intentamos que sus días sean lo más bonitos posibles. La adoramos tanto.
Hace más de un año la detectaron un cáncer de timo. Desde entonces está con medicación y en su última revisión hace pocos días su veterinario nos dijo que en cualquier momento se iría, aunque ya lo sabíamos. Es por eso que cada día le hacemos de su vida lo más feliz.
Hace siete años nació en el santuario hija de una coneja rescatada embarazada. Y para Tomasa toda su vida ahora y su felicidad es decirla cosas bonitas, sus brotes de hojas tiernas que le encantan y que le rasquen la cabecita. Ella es única y merece la mayor felicidad y atenciones.
Si le decís cosas bonitas prometemos que mañana se las diremos.