
Esta es la carita con la que nos recibe cada día Sandra.
Sandra es feliz con su lámpara de calor, su abrigo y su querida Carla de la que no se despega (literalmente).
Después del desayuno se va al parque del geriátrico para poder pasear y jugar y, a la tarde y cuando empieza el frío de nuevo, se va de vuelta a su dormitorio para estar calentita.
Durante todo el día está con Carla y Carla con ella.