Las vacas son mucho más divertidas de lo que la gente cree… y mucho más parecidas a cualquier otro animal.
A Mónica, por ejemplo, le encanta beber a morro de la manguera.
Ella fue rescatada de una situación de abuso y maltrato en Boiro y un juez decidió que esas vacas fuesen a santuarios para salvaguardar su vida. Y hoy, 5 años y medio después, puede ser ella misma.