Parece mentira que haya pasado 3 años desde que apareció a Momo, un gato con daños neurológicos que lanzaron a través de la valla y apareció en un recinto de aves compartiendo su dormitorio. Estaba deshidratado y con un aspecto terrible.
Según nos contaron las veterinarias, su ataxia se debía a que Momo pasó panleucopenia de bebé o en el vientre de su madre y el virus de alguna manera se ha podido quedar en la médula, o volverse crónico. De manera que Momo podía tener recaídas. Durante estos 3 años ha estado ingresado por muchos motivos pero en todas hemos apostado por él. Ha estado yendo a rehabilitación y sesiones de láser, y hemos hecho todo lo posible.
Y gracias a eso ahora Momo ha mejorado muchísimo y disfruta del sol, la hierba, muchísimos amigos y mucho cariño, el que nunca recibió cuando se deshicieron de él por ser diferente.
Pero en lo esencial, en lo que da valor a una vida, es igual que cualquier otro gato, que cualquier otro animal.
Además, Momo no percibe limitaciones y le encanta salir, pasearse y tomar el sol.
Momo, te adoramos.
