Ícaro aprendiendo trucos de cabrita de Santuario.

Ícaro con su mamá adoptiva @laura.luengo aprendiendo a ser una cabrita de Santuario 🤩🤩🤩
Subirse encima para pedir hojitas, rascarse con las piernas de sus cuidadoras, robar comida a otros y colarse en todas partes… las cabras son inmensamente felices en un Santuario cuando les dejan ser ellas mismas.
Ícaro vino muy tímido y está haciendo los primeros avances para llegar a ser tan feliz como lo fue Fermin. Aunque, en su caso, seguramente no llegue a los 18 años, y quizás siquiera tenga una vida larga. Tiene la misma enfermedad que Violeta, aunque no le afectó tan prematuramente.
Pero como hicimos con ella, el tiempo que Ícaro pueda luchar y vivir, intentaremos que sea completamente feliz 🥰🐐

A pesar de ser tan pequeño, Ícaro ya ha experimentado la pérdida de su madre y su familia, así como el temor de quedarse solo en un mundo donde no tenía ninguna oportunidad si no hubiera sido rescatado. Tuvo una gran fortuna al cruzarse con personas bondadosas que se negaron a mirar hacia otro lado, y ahora descansa en completa seguridad en el Santuario.

Ayúdanos a seguir salvando vidas 🙏💚

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