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Fresno y Avellano se han vuelto inseparables.
Cada mañana Avellano sale corriendo de su dormitorio y se va a ver a Fresno. Y ya no se separan hasta la hora de las cenas cuando Avellano vuelve a su dormitorio.
Fresno tiene 31 años y Avellano 26. El destino es muy curioso ya que los dos llegaron por decomiso, con poco más de un mes de diferencia y de la misma zona. Además venían con la misma falta fe ganas de vivir y con extrema delgadez.
Poco a poco se fueron recuperando y ahora los dos son muy felices, glotones y enérgicos. Bueno, sobretodo para ser tan ancianos claro.
Y tienen una relación maravillosa de amistad y cariño.