Hoy ha sido el segundo amanecer de Muñeca en el Santuario. Para ella es todo muy extraño, ya que ha pasado sus 35 años con otra gente y en otro sitio. Pero el mundo ya no tenía un lugar par ella.
Por suerte hemos podido traerla y hacerle un hueco con otras ancianas que, como ella, tampoco tenían otra oportunidad. Poco a poco se irá integrando y haciéndose amiga de sus nuevas compañeras. Tiene muchísimos años, especialmente para una yegua, pero vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para que su nueva vida sea lo más larga que pueda, y que sea realmente feliz.
Cada rescate, cada oportunidad que le damos a alguien como ella hace que nuestros gastos se incrementen y nuestra carga de trabajo aumente. Y a cambio ella, y cada uno de los más de 300 animales que hemos rescatado, tienen una segunda oportunidad para ser felices y tener una vida digna.