
Luna.
Es una anciana de 26 años y muy, muy dulce. La rescatamos en 2017 con una herida terrible detrás del casco de su pie izquierdo que le había seccionado músculo, ligamentos y tendones.
La tuvimos dos meses ingresada y luego, cuando vino a Fundación Santuario Vegan con una escayola, estuvimos 4 meses más de curas diarias y ejercicios.
Y valió la pena.
Hace un rato nos miraba con esa carita cuando íbamos a darle un abrazo y unas caricias.