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¡Hay cosas que nunca cambian!
Hemos tenido que cambiarle los vendajes a Flor porque una mano se le ha ulcerado un poco y la lluvia los ha humedecido. Y estaba tan feliz y tranquila en brazos de su papi Edu…
Flor llegó con una enfermedad que le provocaba laxitud en todas sus articulaciones y se le abrían impidiéndole permanecer de pie.
Edu, y su querido Napoleón que murió, le ayudaron cuando era una bebé y le dieron las fuerzas que necesitaba para superar la enfermedad. Aprendió a caminar gateando y ahora, gracias a muchas horas de cuidados y rehabilitación, puede llevar una vida de oveja con otros habitantes con necesidades especiales como ella.