Fresno y Algarrobito son una de las parejas más entrañables que puede existir.
Los dos salieron del mismo sitio, el mismo día, y vivían solos y apartados el uno del otro. Aquí estuvieron juntos por primera vez y la conexión fue instantánea. Fresno llegó con el alma rota, con indefensión adquirida, y Algarrobito, que tiene una confianza en sí mismo indestructible, fue su apoyo y le enseñó a ser él mismo. Por ese motivo se han convertido en tan buenos amigos.