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Anita no sabía qué ponerse esta mañana, así que se puso feliz (y guapa).
Rescatamos a Anita cuando escapó de un lugar en el que seguramente la criaban para matarla y comerse su cuerpo.
Tuvo muchísima suerte porque se escapó y la encontró gente que no la vieron como comida, sino que entendieron que era un animal, como cualquier otro que hubiesen conocido antes, que estaba perdida, asustada y desesperada y que solo necesitaba un hogar en el que sentirse a salvo y la quisieran de verdad.
Y como veis sus sueños se han hecho realidad.