DEP Paz.
Paz ha muerto, la hemos eutanasiado en el Hospital Veterinario de la Complutense porque se estaba apagando poco a poco.
Laura Luengo Mata ha ido allí para que se fuese con un ser querido cerca. Le ha dedicado estas palabras que queremos compartir:
“Desde que la llevamos al Hospital solo han pasado tres días. Ese domingo Paz, siempre huidiza y miedosa, se giraba continuamente hacia mí mientras la acompañaba tras un bajón muy grande en su estado de salud. Olía profundamente mi rostro, acercaba su nariz a la mía y ahí se quedaba aspirando el aire de mi nariz. Una y otra vez. Puede parecer algo fortuito pero no es la primera vez que lo vivo, ese gesto tan cercano, tan bonito, tan presente entre ellos y sus relaciones…quizás por primera vez reconocía el cuidado, la familiaridad, el cariño, el no estar sola al menos cuando te sientes vulnerable y necesitas que te reconforten porque tu cuerpo ya no puede solo.
Solo horas después su pulmón se había encharcado y corría a ingresarla en el hospital veterinario de la complutense. Era cuestión de tiempo. O evolucionaba bien o se moriría. Pasó lo segundo. Y hoy he decidido que Paz no iba a dejar este mundo tras un largo sufrimiento. Que ese es el último gesto compasivo que deseo para cualquier persona que quiero, para mí misma. Y nadie te enseña a ello pero lo asumes como una responsabilidad cuando sabes que el dolor trasciende y la muerte es inevitable y muchas veces dolorosa. Y en mis brazos te has ido, siento las últimas horas que has pasado en tu vida, Paz, y de verdad deseo que no hayas sufrido.
Paz era una cabra mayor de una granja de cabras explotadas por su leche muy cercana al santuario. Por algún motivo que nunca sabremos apareció abandonada en el pueblo.
Como todos los animales que no tuvieron nada más que una vida miserable y muchos palos, intentabas pasar desapercibida, invisible. Y eras feliz de haber encontrado un grupo de cabras que te quería. Y el heno que nunca faltaba y los tacos a la mañana. Todo lo que una mamá a la que arrebataron decenas de bebés y robaron su leche, podía soñar. No eras invisible. Ni nunca lo seréis.
Descansa en paz, preciosa. Te abrazo y te quiero por siempre”.
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La fundación Santuario Vegan es un centro de rescate y recuperación de animales considerados de granja, víctimas de la explotación ganadera, abandono o maltrato.
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