
Vivo y Lambert se han hecho inseparables y ¿sabéis por qué?
Pues muy sencillo, los dos toman biberón y cuando uno se pone a llamarnos nervioso, el otro se une enseguida a él para hacer más presión. Y eso une… ¡y mucho!
Se han recuperado y están muy sanos, felices, preciosos y, sobretodo, se sienten muy amados.
Nadie diría que a Lambert le atacaron unos perros y el pastor lo dejó moribundo en medio del campo, ni que Vivo nació prematuro y por ese motivo un pastor le abandonó. Porque esa es la esencia de Fundación Santuario Vegan, que olviden su pasado y disfruten de una segunda oportunidad.