Aún estábamos intentando recomponernos de la partida de Flor cuando anoche nos llamaron del Hospital para darnos la peor noticia: Luka había sufrido una crisis y su corazón dejaba de latir.
Tenía un adenocarcinoma y cáncer dé timo. Llevaba arrastrando muchos problemas por la vejez, pero conseguimos que viviese un poco más. Siempre un poco más, porque es su segunda oportunidad, y merecen que sea la mejor que puedan tener.
En 2013 rescatamos dos conejos abandonados en la gasolinera de Brunete. La hembra, que se llamaba Lauri, resultó estar embarazada y tuvo a unos preciosos hijos que vivieron muchos años en el Santuario.
Luka era la última de su familia que quedaba con vida. Fue feliz muchos años con ellos, pero el tiempo pasa implacable, y las enfermedades y problemas de salud fueron afectando a todos ellos.
Han sido muchos años, y has llegado a viejecita. Eso es algo que nunca pudiste soñar cuando estabas en el vientre de tu mamá, y la acababan de abandonar, embarazada, en una gasolinera.
Has conocido el amor de una familia, el placer de jugar en la tierra. Has vivido en madrigueras, pero en un recinto seguro. Has disfrutado del viento y la hierba y el sol.
Has sido feliz, pequeña superviviente. Y has luchado por tu vida hasta que no has podido más.
Contigo se cierra una etapa maravillosa, y desde el cielo esperamos que veas las nuevas que se abrirán para que otros, como tú, puedan tener lo que tuviste la inmensa fortuna de vivir:
Ser rescatados y disfrutar de una segunda oportunidad.
Corre con tu familia y juega de nuevo, porque llevan mucho tiempo esperándote 
