Esta semana tuvimos que repetir la infiltración articular a Catalina y Yoko. El detonante fue un día que Catalina no podía levantarse y estaba muy incómoda.
Como sabéis la abandonaron por este problema y sus manos completamente deformadas. Tiene crisis de dolor y empezamos el tratamiento, pero son tratamientos fuertes que no pueden alargarse porque podría dañar su estómago y la mejor opción es que Patricia le infiltre directamente el tratamiento en la articulación. Esto es algo que se hace en caballos y en medicina humana y en ovejas probamos y les resulta muy bien, pero no suele hacerse porque no es productivo en una granja donde los animales van al matadero por 20 € y pocas veces reciben la atención veterinaria que merecen porque es más caro que lo que los ganaderos obtienen.
Lo que hace Patri es inyectar la articulación y dejar corticoides directamente dentro de la articulación para desinflamar y quitar dolor. Este es el momento en que Catalina estaba recibiendo anestesia local para su infiltración.
De verdad que es increíble ver lo agradecida que es Catalina. Ella sabe desde que llegó que no podía andar que lo hacemos por si bien y que luego se siente cómoda. Cuando terminamos nos lo agradece y nuestra mayor recompensa es verla andar como si nada a pesar de sus articulaciones torcidas.