
Eugenia es la cerda que rescataron cuando cayó al canal de riego y sobrevivió nadando durante una hora hasta que pudieron sacarla de allí. Y miradla ahora que feliz está.
Es muy cariñosa y va cogiendo confianza en sus cuidadores. Poco a poco irá sintiendo el Santuario como su hogar y cuando pase la cuarentena podrá convivir con más cerdos.
Cada nuevo rescate, cada oportunidad que le damos a alguien como ella hace que nuestros gastos se incrementen y nuestra carga de trabajo aumente. Y a cambio ella, y cada uno de los más de 300 animales que hemos rescatado, tienen una segunda oportunidad para ser felices y tener una vida digna.