Todas las mañanas una de las primeras cosas que hacemos es ofrecer agua a Ricki por si tiene sed. A veces se lo bebe todo y otras, como en el vídeo, está tan a gustito con su mantita que prefiere seguir descansando. Y eso es señal de que no ha pasado sed.
Ricki tiene parálisis del tercio posterior y vive gracias a la asistencia constante que recibe en el Santuario.
La selección a la que someten a los cerdos ha creado animales con una proporción de longitud de espalda y peso demasiado extrema y muchas veces sufren hernias. En el caso de Ricki se vio agravado porque le rescatamos de bebé, de una granja de cría intensiva, con un absceso enorme en su pierna que le había comido parte de la articulación.
Con el tiempo y cuando fue creciendo, le generó problemas que pudimos resolver, con muchos cuidados, tratamientos y alguna cirugía, hasta que un día sufrió una hernia de la que no se consiguió recuperar. Como sigue teniendo las mismas ganas de vivir de siempre, le cuidamos como haríamos con cualquier otro animal. Como nos gustaría que hiciesen con nosotros si estuviésemos en su lugar: cariño, paciencia y cuidados diarios.
Y gracias a eso va camino de superar los 8 años a salvo en Fundación Santuario Vegan.
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La fundación Santuario Vegan es un centro de rescate y recuperación de animales considerados de granja, víctimas de la explotación ganadera, abandono o maltrato.
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