Ayer nos despedíamos de Paco después de una larga hospitalización. Tenía un problema respiratorio que a pesar de los tratamientos y apoyo no mejoraba. Ayer viendo que Paco no tenía ninguna mejoría y cada vez le costaba más respirar tomamos la dura decisión de ayudarle a marchar
Paco era un gallo ciego. Era el mejor amigo de Libertad, la oca que murió hace unas semanas. Tenían una relación maravillosa de amistad y vivían juntos.
Él no comía hasta que ella le llamaba para comer. Desde que no estuvo su amiga, empezó a estar más triste y deprimido. Los primeros días apenas comía y ya no disfruta cuando le sacaban fuera a tomar el sol como antes.
Era un anciano ciego, y eso no hacía que su mundo fuese maravilloso si su compañera estaba a su lado.
La historias de amistad surgen de forma espontánea en un Santuario. Las situaciones de adversidad hacen que todo animal busque la seguridad de un amigo o familia, alguien en quien confiar y a quien entregarle la parte más vulnerable de uno mismo.
Eso no es solo cosa de humanos. Es cosa de todo ser que pueda sentir.
Paco encontró en Libertad todo lo que él necesitaba. Y Libertad encontró en Paco al amigo que, de otro modo, no habría podido tener. Compartieron cada minuto de todo el tiempo que estuvieron juntos, más de dos años. Libertad siempre le hacía saber dónde estaba el agua, la comida, y una compañera para descansar junto a él.
Las despedidas siempre son dolorosas, pero lo son aún más cuando te das cuenta que si sus vínculos se rompen, a veces pierden las ganas de vivir.
Ahora ya estáis juntos los dos, en un prado infinito y verde, donde puedes ver el sol de nuevo, y tu amiga puede correr y volar. Disfrutad todo lo que la vida os negó. Aquí abajo, ya lo sabéis, os vamos a echar mucho de menos.
