Rescatamos a Ricki hace casi 8 años. Era un bebé al que iban a matar en una granja de cría porque tenía un absceso enorme en la pierna y no iba a ser productivo.
Esa infección, aunque la controlamos, le ha provocado problemas siempre porque le llegó a comer mucho hueso de la articulación. Y durante 6 años ha hecho vida con el resto pero hace poco más de un año sufrió parálisis del tercio posterior. Y desde entonces vive en un dormitorio con cuidados especiales diarios.
Cada día le hacemos la cama varías veces para que esté acolchado y no se roce con el suelo provocando heridas. Y le ayudamos a desplazarse cuando lo hace con prisa, levantando un poco su parte posterior. Con esto, sus curas, tratamientos, control veterinario , papillas especiales y cuidados diarios, Ricki es un cerdo feliz.