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Manuela fue una víctima de la caza. Es una cerdali, que es cuando se cruzan una cerda y un jabalí. Por ese motivo tiene cuerpo de jabalí y colores de cerdo.
Un cazador la retuvo durante 5 años en un pequeño zulo y un amigo suyo le dio tanta pena que nos pidió que la salvásemos tras convencer al cazador. Cuando llegó estaba aterrada y era muy inestable emocionalmente.
Pero tras mucho trabajo hoy Manuela lleva una vida normal. Vive con otros cerdos y se relaciona con sus cuidadoras, aunque siempre con ese carácter algo impredecible que la hace tan divertida.
Hoy Manuela es verdaderamente feliz.