
Baku tiene una de las miradas más profundas que puede haber. La mirada de los cerdos es muy similar a la nuestra.
Baku tiene 7 años y durante mucho tiempo fue el mejor amigo de Ricki.
Rescataron a Baku en el momento en el que unos adolescentes iban con él en brazos rumbo a una fiesta en Teruel. Tenían la costumbre de llevar animales “de granja” bebés o de pequeño tamaño y emborracharlos o patearlos hasta matarlos para celebrar el fin de curso. Por una denuncia llegaron a tiempo y al poco Baku venía a Fundación Santuario Vegan.
Baku ahora es feliz y ha tenido una vida increíble que muchos cerdos, miles de millones que mueren en granjas de todo el mundo, habrían deseado tener. Ya empieza a ser mayor y tiene problemas de movilidad, pero con el tratamiento que lleva estamos controlando sus molestias y lleva una vida autónoma que le permite convivir con el resto de cerdos.