



Anterior
Siguiente
Esto que llevas unas hierbecitas para un habitante y te encuentras a medio camino a Algarrobito. Como no puede ser de otra manera, porque resulta irresistible, te agachas a darle un beso y ¡sorpresa! No es que quisiera tus besos, si no tus flores.
Ya que quería comerse todas, Eduardo Terrer, que es quien las llevaba, ha pedido que les hiciesen unas fotos porque era un momento muy divertido. Y mirad qué cara de disfrute inmenso tiene Algarrobito.
Algarrobito tuvo un pasado terrible, y estamos intentando que su nueva vida compense los 30 años de sufrimiento. Lleva ya dos años en el Santuario siendo cuidado a diario y sintiendo que tiene una gran familia que le hace feliz.