Silvia apareció recién nacida en 2018, con los restos de la placenta encima, en la zona de Ensanche de Alcalá de Henares. Nadie sabe cómo llegó allí.
Cuando llegó a Fundación Santuario Vegan nos pareció una bebé hermosísima. Tenía marchitas marrones como si fuese una vaca en miniatura y balaba muy suave cuando tenía hambre.
Habíamos rescatado poco antes a Luvi, un bebé como ella y, curiosamente, también tenía manchas, pero las suyas eran negras.
Los dos aprendieron muy rápido a tomar el biberón y se dieron todo el apoyo que necesitan los bebés. Cuando les rescatamos no tienen una madre que se ocupe de ellos las 24 horas del día, pero aquí lo cambiamos por una cuidadora que hace de mami adoptiva. Así reciben todo el cariño que necesitan y es mucho más fácil sacarles adelante.
Los dos crecieron juntos y eran como hermanos. Silvia era muy tierna, muchísimo. Pero menos cariñosa que Luvi. Luvi era tan cariñoso que parecía un cachorrillo de perro, todo el día buscando mimos.
Hoy los dos viven con el grupo grande de ovejas. Y allí siguen teniendo una bonita relación, aunque sus amistades son diferentes. Pero siempre encuentran el momento para tumbarse juntos a rumiar… ya sabéis, cosas de ovejas.