Paco fue rescatado por segunda vez cuando vino al Santuario el 2 de agosto de 2013. La primera vez le llevaron a su primer hogar, una casa en la que, según nos contaron, la responsable sufría el Síndrome de Noé. Anaa, una Asociación Protectora de Animales de Madrid, estaba coordinando la reubicación de los animales.
Paco vivía con varios perros y fue creciendo y volviéndose más fuerte y su relación con los perros se fue complicando porque él intentaba jugar con ellos. Pero los corderos no juegan como los perros, sino que juegan a darse cabezazos. Así que en uno de esos intentos un perro se asustó y le marcó, desgarrándole una oreja.
Desde esa asociación nos pidieron ayuda para Paco.
Paco ha sido cariñoso y confiado desde que llegó, y enseguida se hizo amigo de las ovejas que ya vivían aquí. Él era joven, de poco más de un año de edad. Hizo muy buena amistad con Barry y Montxito, pero su verdadera amiga vino un año después.
Ella se llamaba Trasgu y era una corderita de 3 meses de vida que era ciega. Paco se convirtió en su lazarillo y ella siempre le seguía y él la esperaba. Hace unos años tuvimos que trasladar a Paco al geriátrico ya que necesitaba supervisión y cuidados más acordes a su edad, allí conoció a Frida, una oveja joven amputada de su manita delantera y se enamoró profundamente. Paco y Frida se adoran y se les puede ver juntos haciéndose compañía y dándose cariño.
Paco es un ser muy especial. Es tranquilo y amistoso con su familia y siempre se deja querer. Vive feliz con ella en el geriátrico ya que es muy comilón y allí goza de más chuches especiales para ellos.