Avellano y Nogal se tienen un cariño especial.
Los dos son ancianos. Nogal tiene ya 30 años y Avellano casi 27. Y, aunque no conviven juntos, todas las mañanas coinciden en la puerta que les separa y Avellano le rasca la nariz a o la frente con mordisquitos suaves a Nogal, que se deja querer.
Mientras tanto Juana, que ama a Nogal, se queda mirando sin saber si dejarles o meterse en medio. Y Nogal le muestra a Avellano que no le gusta tanto, pero luego se vuelve a dejar.
¡Cosas entrañables de ancianos!